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viernes, 12 de febrero de 2010

La Dueña de IJEXÁ

OXUM
En las aguas de los ríos, de las cascadas y de las fuentes, está Oxum, a quien le gusta todo lo bello.
Se adorna, se acicala, se maquilla, que irónía!, ... si ella es la más hermosa!!!!
Una vez que la “diosa” africana se abrasileró en las macumbas, pasó a comer frutos autóctonos, tan sabrosos como los autóctonos africanos.
Desde sus colores amarillos y dorados, en toda una gama increíble, pobló de amor la Bahía, así como también de celos, envidias y rencores, para los pobres de espíritu, sin olvidar repartir riqueza y hartazgo para los pobres de bolsillo.
Porque le agrada la miel y el oro –casi una perfecta amalgama cultural- tan presentes en los ritos de ambiente acuático, donde también el collar correcto de buzios demuestra, más que simbolizar, su conocimiento, sabiduría y poder, medianamente mal llamado adivinación.
Por eso, es probable que el día en que ella no use esos elementos correctamente, varíe exageradamente sus colores, y dance otro ritmo que no sea el Ijexá, es probable que ello de lugar al nacimiento de otras formas, que se podrán llamar Umbana, Batuque, Quimbanda, y demás. Eso si… sabrá, con sobriedad excepcional –pues ella para nada es sobria!- llamarse a disimulo y silencio, a efecto de que esos hijos bastardos no le roben más de lo que por ley natural, le podían robar. Igual los querrá, los amará.. pero de otra forma, porque ella supo ser africana ijexá, sabiendo también transmutarse al candomblé Ijexá, más tarde, a causa y razón del viaje de los navíos negreros. Pero, de ahí a aceptar con beneplácito que sus hijos pierdan las tradiciones caseras y hogareñas trnasmitidas por sus padres, hay un salto tan grande, grande mismo como la caída de una catarata, en su distancia y percusión.Claro… si ella es la “menina moça faceira”, más que ningún otro orixá femenino; la mimosa de Oxalá.
Tanto, que de esa característica es que adquiere las otras, pasando por la mujer irresistible, hasta la señora protectora; desde su fuerte personalidad, con la que es capaz de disimular para driblear los obstáculos que se interpusieran a la satisfacción de sus deseos y anhelos.
Y esa personalidad se enriquece, se agranda, se ennoblece aún más, con el cambio desde la Africa tribal a la sociedad urbana brasileña. Pero cuidado, que no despegó en Lagos a bordo de un boeing y aterrizó en Bahía, en vuelo directo. No… hizo escalas por las plantaciones de maní, cacao, caña de azúcar, desde Ihleus hasta Sto. Amaro, abarcando prácticamente todo el Recóncavo.
Más riqueza aún, por medio de la experiencia de los cambios y las cosas nuevas, a pesar del dolor de sus hijos, del sacrificio y de la muerte esperada con anhelo en muchos casos, dado el grado de largo oprobio.
Luego, es que su danza, al llegar el respiro del hijo, cambia… pasa a usar el espejo en los terreiros, cambia un tanto su paso, hacia el nuevo ijexá, el ijexá bahiano. Y como es la “diosa de la fertilidad” –además-, cuidará que esa nueva gestación de valores sea casi perfecta, y adecuada ideal y respetuosamente al nuevo clima, a la nueva temperatura, a las nuevas flores y frutos, a los nuevos animales, y al eterno oro, que también encontró en Brasil.
Por eso quizás, en parte o totalmente: “Tudo nessa cidade é da Oxum”. Por eso también, capaz que Caetano, en un momento, dice: “gente é pra brilhar!”.
Si bien su símbolo individual, el mismo que sostenía a orillas de su río inicial en aquella Africa también inicial, es el canto rodado pulido, sobadito por las aguas dulces, nunca le conformó del todo los que encontró acá, en su ciudad, Bahia, de la que se hizo ama y señora a fuerza de amor.pero igual lo acepta, aunque, en su sutileza, aprovecha para resaltar otras “cositas” de su propiedad también. Mujer de pocos maridos; doncella de muchos amantes; señora de infinitos enamorados, Oxum supo aceptar a veces, en otras robar, a y de sus maridos: el oro de uno, el buzio de otro, la miel de otro más. El leque lo heredó de su padre, así como las hierbas de su “tío” (titío, en realidad) , y sabe muy bien guardarlos y mantenerlos, a mano de sus iyalorixás, a buen recaudo, mostrando tan solo imitaciones en las fiestas públicas.
Gracias a ella, el “machismo” en Orixá africano que se debilitó a través del viaje esclavo, se pone bajo su tutela en la nueva tierra y en la nueva condición humana social, y desde esa tutela y amparo, resurge menos drástico, más dúctil, más efectivo en el candomble que lo que fue en Africa, en el tiempo muerto.Y no es que le haya sacado el puesto a Inhassã y creado una especie de nueva sociedad Geledé en Brasil, no!; le fue suficiente con hacer que sus hijas, todas ellas maravillosas, sean quienes usen el collar de latón amarillo, que resalta más el valor de los colores en la naturaleza, que el simple valor material y comercial del oro. (el oro sigue acautelado en los pejí)
Y esas largas pulseras… de colores también dorados, que uno, si no es marido, amante o novio, no sabe nunca cual es de oro y cual de latón. Y se sabe solo en el momento de reposo, en el lecho, después del acto de amor, escrutando ladinamente el cuerpo enjoyado de la amante dormida. Por que si se pretende saberlo en la vida cotidiana despierta, no da. No se puede, Imposible, Su tranco, su paso, su quebrar de caderas, tanto al bailar como al ir a la feria, o en el trillo de la cocina, no permite fijar suficientemente la atención, dado el movimiento atrapante. Y cuando sospecha que la están vigilando, la hija de Oxum, sabe transformar su meneo en un movimiento casi lascivo, tan excitante, que es capaz de distraer al mejor ojo ladrón de secretos.
Ese movimiento, es el mismo flujo del río en la previa del peligro, de la tormenta, de la escapada de cauce.Y en cualquiera de sus 16 condiciones, mantiene esta bella madre, su apariencia de adolescente diáfana, que transmite a sus hijas. Por eso, es que acá en Bahía, al menos, es difícil encontrar un hijo hombre que su cabeza sea exacta, total, de la Orixá de los ríos. Los hay, si.. pero más que nada por aquello que a veces, cuando la gente se exalta en discutir contra el orden natural, es preferible “darle la razón a quien la necesita más que a quien la tiene”...Esa morada mística del Orixá, que en definitiva es el hijo, no debe confundirse con la personalidad del hijo, propiamente dicha.Y si a ello sumamos el fenómeno del secretismo, tanto con los católicos como con los indígenas, la confusión se acrecienta, dando lugar a mayores e infructíferas discusiones, desgastantes para el hombre “sabio”; inocua para el Orixá. Y tanto inocua, si ese Orixá es Oxum.

(y ahí, detrás, el tipo llorando...)

Pobre infeliz aquel supuesto adepto, que recusa saludarla el 8 de Diciembre, día de la Inmaculada Concepción! No sabe… realmente no sabe lo que se pierde!
Pero mucho más pobre y mucho más infeliz, aquel que no supo concientizarla en su propia naturaleza humana, y descuida atenderla en ese día exclusivo y personal, que está registrado fuera de todo almanaque, tan solo y nada menos, que en el Pejí!
Triste vida para quien queriendo conmemorarla, no lo haga algún Sábado.
Ignorancia compresible, la de aquellos que se olvidan del cinco (cinco) (V)Y que olvidan el arará.
Teniendo en cuenta, claro, que su número también es el 16. Dieciseis maneras de firmar; sus rúbricas (que pueden ser también cuatro, o dos, nunca ocho, porque es vecino case de pared pegada al 5). De ahí que muchos de sus “collares” sostienen 16 hileras. Hasta sus dulces pasitos al danzar el ritmo ijexá, son pequeños, y por que no, casi mimosos…
Oxosse, Exu (no Exú), Xangô, Oxala, y hasta su propio hijo dilecto, Logumedé, se detienen a disfrutar la danza de esta madre, hija, amante, cuando la realiza en orden consabido por la tradición valedera del candomblé.
Y a esa altura, el candomblé que sea; no solo ya el Ijexá, donde está su cuna, su hogar, su casa paterna.
Luego, espontáneamente –al menos para los ojos profanos que disfrutan al ver la danza- estos consecuentes Orixá enamorados de Oxum, adhieren a la danza.
Sea Abalú, Ijimú, Apará, Pandá, Ajagurá, Okó, o cualquiera de las 12 restantes que acá no tengo el “antojo” de mencionar (quizás por cuestiones legales adquiridas con Ella), siempre estará mostrando y demostrando (por que no alcanza con ser bueno; también hay que resaltarlo en forma tenue un poco) amor! Mucho amor, en todas las formar de interpretación de la virtud, más que virtud, hecho real de la Naturaleza en el Orí y el corazón del ser humano. Y ese amor, como tal, como fuerza, puede llegar a ser violento. En cualquiera de sus formas. (por detalles: hacer que Xangô deje caer un moco entre lágrimas, al responder sobre el asunto). Por eso, por esa característica, es que también lleva espada, en 8 de sus atribuciones… de distintas formas y portes, de diferentes metales, cada una de las ocho. (por mayores detalles al respecto, no se si convendría preguntar al díscolo Exu (no Exú), pues es probable que al recordar el robo, se enfurezca y, al patear contra el suelo, nos sacuda el cuerpo si somos los interlocutores del travieso.O Mihô, Marïõ Oxum! La niña de los ojos de Oxalá…
Y ahora, por ahora, dejo aquí, porque un viento celoso y amenazante está tratando de apabullar mi ventana...





numo

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