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viernes, 5 de febrero de 2010

AFONJÁ

XANGÔ DE ROJO.- AFONJÁ.-
EL RAYO Y LAS PIEDRAS.- ARÁ


DE AFRICA A BAHIA - DE DAHOMEY A CABULA.-

Entre los siglos XII y XIII, Dahomey era uno de los estados más poderosos del África occidental, y por historia, el eterno rival del estado yorubá de Oyó.
El Bashorum Afonjá, ambicioso jefe, quiso proclamar la independencia de su provincia, apartándose de Alafim, y ello provocó la crisis institucional más seria de los dos últimos siglos antes de la ocupación europea, facilitando el proceso colonial.
El Bashorum Afonjá fue perdiendo la dirección política de la provincia de Ilorin, que le había sido confiada por el Alafim.
A causa de las ambiciones de este Bashogum, la frontera comercial y cultural norteña entre los yorubá y los Hausa de Nupe, se vio zaherida para siempre. De todas formas, al comenzar la influencia de Europa y tras las fracturas fronterizas, el hecho fundamental es que Oyó nunca más recuperó su provincia, que con el correr de los años, fue absorbida por el complejo cultural islámico hausa, teniendo como conquistador al visionario Al – Salimi, que aprovechó la osadía independentista de Afonjá.
El poder general del Alafim de Oyó se vio debilitado por las guerras, perdiendo algunos otros estados, además del primero de Afonjá.
Ya Benin, nuestro contemporáneo estado africano, surge en 1975, con razones menos históricas y más comerciales de interés netamente europeo. Alejándose así definitivamente del país yorubá nigeriano.A partir del siglo XVI, siempre a raíz de las guerras intestinas, los africanos vencedores de africanos, vendían a Europa a sus prisioneros, como esclavos. Desde esa faceta es que Afonjá y sus representantes, llegan a América, fundamentalmente a Brasil, y una vez unificados nuevamente en su condición de sometidos al europeo, es que yorubá se reencuentra con Afonjá en Brasil.
El Benin de los Obá –monarcas que el tiempo se llevó- así como los Alafim de Oyó y yorubá en general, fueron reemplazados por los jefes marciales de los Ashanti, principalmente.Entonces, sólo en América, -y en Brasil en el caso concreto de Afonjá- pueden reivindicar su cultura y su sociedad humana ambos pueblos. Mudimbe, escritor africano contemporáneo, resalta el hecho, sugiriendo que gracias a ello la cultura y la religión fueron rescatadas y llevadas a su punto en común inicial, antes de la guerra entre Ilorin y Oyó.
Afonjá.- Xangô.- XANGÔ AFONJÁ.-
Patrono de uno de los terreiros más tradicionales y antiguos de Bahía –el Ilé Axé Opô Afonjá, es, en definitiva, el Xangô de la casa real de Oyó, por antonomasia.
En ese avatar, este Xangô es el que eternamente lucha contra Ogum, siendo el único Orixá, y por tanto, el único de todas las formas de Xangô, que logra vencerlo, pero tan sólo por una vez, por una oportunidad.Los mitos cuentan que Afonjá y Ogum siempre luchan entre sí, sea por disputar el amor de la madre Yemanjá, sea por disputar también el amor de sus eternas mijeres, Oiá, Oxum, y Oba. Lucharon desde el comienzo de todo, y siguen luchando hasta hoy día.En aquellos tiempos primordiales, a Ogum nadie lo vencía. Era astuto, habilidoso, desconfiado, y por tanto nunca le daba la espalda a nadie, menos a sus enemigos.
Un día, Afonjá, hastiado de perder las batallas contra Ogum, lo retó a luchar una vez más, en las montañas.Afonjá solía recurrir a la magia, sobre todo cuando se sentía amenazado. Al llegar al pie de la montaña, Afonjá arrojó su hacha (oxé) de crear rayos, contra la ladera de la montaña, y se sintió un gran estruendo.
Ogum no tuvo tiempo de huir y fue enterrado por las piedras que Afonjá hizo caer de la montaña.
Xangô Afonjá venció en ese día, y por única vez, a Ogum.
De ese mito es que se desprende el suponer a Xangô Afonjá, con espíritu joven, sabio, hechicero, galante y libertino, obstinado, autoritario, orgulloso, y gustador de las peleas.
Dueño del talismán mágico, que Inhassã le entregó por orden de Obatalá. Con él, fulmina a sus enemigos por medio del rayo.
Come con Yemanjá, su madre.
Va con Inhassã, que casi siempre es su adjúntó.
Para poder ser rey, pactó con Obatalá, y éste le exigió que entregase sus ricas vestimentas al pueblo, y así, quedó solo con una túnica roja. Por ello, es el único Xangô que viste totalmente de rojo, guardando solamente un ribete blanco en su Adé (corona), en honor a Obatalá.

Axe.
Numo

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