Europa que salía del Medioevo, estaba hambrienta. Más hambre de poder que de comida.África que entraba en su Medioevo particular, estaba hambrienta. Más hambre de alimento que de poder.
Las guerras intestinas europeas, habían provocado esa hambruna de poder y de recursos.
Las guerras intestinas africanas, habían provocado esa hambruna de recursos y de poder.
Holandeses, ingleses, españoles y portugueses, se hicieron a la mar, e hincaron su pie en Africa.
Yorubá, Congo, Angola y Mozambique, no se hicieron a la mar, y no pudieron evitar que les hincasen el diente.
Africanos peleando entre ellos por el alimento y el poder.
Europeos en tregua entre ellos, buscando formas de asegurar el poder, por medio de la explotación de recursos y seres humanos.
Esclavitud. Colonias americanas. Recursos. Mano de obra. Comienza la otra guerra, la otra gesta.
La interminable migración forzada de africanos esclavizados por africanos y por europeos, da lugar a la interminable travesía de navíos negreros hacia América, hasta transportar los diez y tantos millones necesarios para el cultivo de las tierras nuevas, el trabajo de las minas, la servidumbre, la mano de obra en general.
Dice una casi leyenda, que no es pataki y quizás ni verdadera
historia, que en algunos de esos navíos, traían de polizontes a unos que otros babalao, para salvaguardarlos de la matanza en África, y para que, siempre a reparo, sostuviesen la fe, los principios, la tradición y la cultura de esos pueblos en América. Y la forma de traerlos, dice la burda historia, que era esconderlos dentro de un tonel, de un barril, acompañando a su gente en la travesía. Claro, también serían esclavos, una vez puesto el pie en América. Tanto así, que hasta hoy día, hay algunos terreiros que mantienen esa cuestionable “tradición”, instalando en sus entradas el famoso barril simbólico, supongo que sin babalao adentro.
Aunque de esos, unos pocos hasta lo consagran como una forma de balé, justamente en referencia directa a sus ancestros. En fin…
Y así comienza esa historia, o termina una historia, para dar lugar a la siguiente, la del dolor sin posibilidad de resistencia, al principio; tenue resistencia mucho después, y, resistencia total hoy día.
Innecesario a esta altura, detallar con palabras los títulos de ese dolor, las escalas y los prolegómenos, tan detallados continuamente, y hasta usados por ciertos y diversos intereses, ajenos al africano en América y al Orixa con él. Imágenes del sufrimiento? miles, también obedeciendo a diversos intereses, los de siempre.
Desde el principio del periplo:
historia, que en algunos de esos navíos, traían de polizontes a unos que otros babalao, para salvaguardarlos de la matanza en África, y para que, siempre a reparo, sostuviesen la fe, los principios, la tradición y la cultura de esos pueblos en América. Y la forma de traerlos, dice la burda historia, que era esconderlos dentro de un tonel, de un barril, acompañando a su gente en la travesía. Claro, también serían esclavos, una vez puesto el pie en América. Tanto así, que hasta hoy día, hay algunos terreiros que mantienen esa cuestionable “tradición”, instalando en sus entradas el famoso barril simbólico, supongo que sin babalao adentro.Aunque de esos, unos pocos hasta lo consagran como una forma de balé, justamente en referencia directa a sus ancestros. En fin…
Y así comienza esa historia, o termina una historia, para dar lugar a la siguiente, la del dolor sin posibilidad de resistencia, al principio; tenue resistencia mucho después, y, resistencia total hoy día.
Innecesario a esta altura, detallar con palabras los títulos de ese dolor, las escalas y los prolegómenos, tan detallados continuamente, y hasta usados por ciertos y diversos intereses, ajenos al africano en América y al Orixa con él. Imágenes del sufrimiento? miles, también obedeciendo a diversos intereses, los de siempre.
Desde el principio del periplo:
Pasando por el medio:
Pasando también por los tristes símbolos que hasta hoy día perduran en Salvador Bahía, como el Pelourinho:
Hasta llegar a los albores mezclados de diversas resistencias, surgidas de Palmares,
de la Capoeira,
Y NO SOLO AFRICANOS!
Tiradentes,
Tiradentes,
António Conselheiro en Canudos,
el Cangaço.
La cabeza del cangaceiro negro, por supuesto, abajo, solo, en la “exhibición”.
A partir de entonces, quedan recuerdos, anhelos y esperanzas.
Queda fuerza, energía de Orixá, y orgullo.
Queda la alegría de vivir, apoyados en el arte de las mujeres esclavas, que supieron establecer la cultura matriarcal del candomblé.
Y queda, por sobre todo, la gran esperanza de seguir adelante, para un futuro mejor de las generaciones que nos suceden.
No nos burlemos de su intrínseco valor familiar, religioso, y cultural.
AXE, PUEBLO AFRICANO EN AMERICA!
Numo de Xangô
A partir de entonces, quedan recuerdos, anhelos y esperanzas.
Queda fuerza, energía de Orixá, y orgullo.
Queda la alegría de vivir, apoyados en el arte de las mujeres esclavas, que supieron establecer la cultura matriarcal del candomblé.
Y queda, por sobre todo, la gran esperanza de seguir adelante, para un futuro mejor de las generaciones que nos suceden.
No nos burlemos de su intrínseco valor familiar, religioso, y cultural.
AXE, PUEBLO AFRICANO EN AMERICA!
Numo de Xangô
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